Cándido
30/10/18 16:18
DE LO MÁS DIVERTIDO QUE HE LEÍDO
Cuando nos propusieron leer “Cándido” de Voltaire, pensé que íbamos a encontrar un texto sumamente denso, pesado, filosófico y arcaico, porque, debo confesarlo, no sabía que Voltaire había escrito novelas…
Y qué hallé? El libro más mentirosamente divertido, aunque no por ello menos profundo. Creo que a la delicia que me produjo su lectura contribuyó de manera decisiva la traducción hecha por Héctor Abad Faciolince, quien pensó, en buena hora, que había que acercar el lenguaje al lector actual. Y me emocionó después recordar el aparte que reza: Como sostiene Leonardo Sciascia, la más fascinante contradicción de Cándido es que –un libro escrito para fundamental el pesimismo y burlarse del optimismo consigue, en últimas infundir optimismo. Un mundo en el que existe Voltaire y donde hay lectores que lo leen con gusto, no puede ser un mundo tan malo”. Esperemos que sea así.
Solamente voy a destacar algunos pasajes que me causaron risa por la fina ironía que a mi modo de ver encierran.
Como cuando la novia platónica de Cándido ve a su profesor haciendo el amor con una doncella, hecho que se describe de la siguiente manera: “Un día Cunegunda, paseando por el pequeño bosque alrededor del castillo, al que le decían parque, vio entre la espesura al doctor Pangloss mientras le daba una case de física experimental a una camarera de su madre, una morenita muy linda y muy dócil. Como la señorita Cunegunda tenía gran inclinación por las ciencias observó sin respirar los repetidos experimentos de los que fue testigo: alcanzó a ver claramente la razón suficiente del doctor, las causas y los efectos, y regresó, agitada, muy pensativa, toda llena del deseo de ser sabia, y se figuró que bien podría ella ser la razón suficiente de Cándido, quien a su vez podría ser la suya”.
O cuando afirma: “Nuestros soldados se defendieron como soldados del papa: se pusieron todos de rodillas y arrojaron las armas rogándole al corsario que los absolviera in artículo mortis”
Y hablando de un personaje muy altanero y engreído: “Hablaba a los hombres con el más noble desdén, alzando tanto la nariz, elevando tan despiadadamente la voz, usando un tono tan imponente, adoptando unos movimientos tal altivos, que todos los que le saludaban se morían de ganas de molerlo a golpes”.
En fin: es una traducción que recomendaría a ojos cerrados a quien quiera pasar un rato muy entretenido.
Y a propósito de Voltaire, adjunto un enlace para conocer un poco más sobre la vida de este ilustre escritor:
https://www.elespectador.com/noticias/noticias-de-cultura/letras-encadenadas-voltaire-y-las-palabras-liberadoras-articulo-814339
Y qué hallé? El libro más mentirosamente divertido, aunque no por ello menos profundo. Creo que a la delicia que me produjo su lectura contribuyó de manera decisiva la traducción hecha por Héctor Abad Faciolince, quien pensó, en buena hora, que había que acercar el lenguaje al lector actual. Y me emocionó después recordar el aparte que reza: Como sostiene Leonardo Sciascia, la más fascinante contradicción de Cándido es que –un libro escrito para fundamental el pesimismo y burlarse del optimismo consigue, en últimas infundir optimismo. Un mundo en el que existe Voltaire y donde hay lectores que lo leen con gusto, no puede ser un mundo tan malo”. Esperemos que sea así.
Solamente voy a destacar algunos pasajes que me causaron risa por la fina ironía que a mi modo de ver encierran.
Como cuando la novia platónica de Cándido ve a su profesor haciendo el amor con una doncella, hecho que se describe de la siguiente manera: “Un día Cunegunda, paseando por el pequeño bosque alrededor del castillo, al que le decían parque, vio entre la espesura al doctor Pangloss mientras le daba una case de física experimental a una camarera de su madre, una morenita muy linda y muy dócil. Como la señorita Cunegunda tenía gran inclinación por las ciencias observó sin respirar los repetidos experimentos de los que fue testigo: alcanzó a ver claramente la razón suficiente del doctor, las causas y los efectos, y regresó, agitada, muy pensativa, toda llena del deseo de ser sabia, y se figuró que bien podría ella ser la razón suficiente de Cándido, quien a su vez podría ser la suya”.
O cuando afirma: “Nuestros soldados se defendieron como soldados del papa: se pusieron todos de rodillas y arrojaron las armas rogándole al corsario que los absolviera in artículo mortis”
Y hablando de un personaje muy altanero y engreído: “Hablaba a los hombres con el más noble desdén, alzando tanto la nariz, elevando tan despiadadamente la voz, usando un tono tan imponente, adoptando unos movimientos tal altivos, que todos los que le saludaban se morían de ganas de molerlo a golpes”.
En fin: es una traducción que recomendaría a ojos cerrados a quien quiera pasar un rato muy entretenido.
Y a propósito de Voltaire, adjunto un enlace para conocer un poco más sobre la vida de este ilustre escritor:
https://www.elespectador.com/noticias/noticias-de-cultura/letras-encadenadas-voltaire-y-las-palabras-liberadoras-articulo-814339