Pienso que en este capítulo Zweig, en su relato de la batalla de Waterloo nos quiere demostrar cómo nuestra personalidad nos hace afrontar las decisiones de la vida. Y a su vez, como estas decisiones cambian nuestro destino. Para explicar esto mas que en resumir el relato de la batalla de Waterloo narrada en el capítulo, me voy a enfocar en hacer énfasis en las palabras y frases que el escritor, a mi manera de ver, atrae nuestra atención en el transcurso de la lectura, para enfocarnos en como un hombre leal, en un segundo, al tomar una decisión, cambia el destino de toda Europa y de la humanidad. Para desarrollar este argumento, deseo resaltar las siguientes palabras que me llevan al protagonista de este capítulo: “Destino, incompetente, desgracias, infortunios, mediocre, vacilante, inseguro.” Y las uno a las siguientes frases recogidas a través de la lectura: “Entrega lo grande a lo insignificante” “Entregar una acción decisiva a un hombre mediocre” “Un tercio de sus propias tropas maniobran inútilmente en el vacío” “ La falta de de ánimo de un hombre pequeño, insignificante, ha destruido lo que el más osado, el más perspicaz, construyera en veinte años de heroísmo” De ahí, más de que lo que ya hemos conocido por otros escritos e historiadores de la batalla, donde sobresalen los infortunios como el clima, el viento, el suelo, el tardío horario con dos horas después de lo previsto, el agotamiento de ambos ejércitos; Zweig, nos resalta la esperanza. Una luz para cada uno de los bandos. El apoyo esperado para no quedar en la derrota. Napoleón espera a sus hombres bajo el mando de Grouchy y Wellington espera el ejercito prusiano bajo el mando de Blücher. En este momento preciso recordar un pasaje de Los miserables Victor Hugo: “Es conocida la dolorosa confusión de Napoleón; espera a Grouchy y aparece Blücher; la muerte en vez de la vida. Hay en el destino giros así; te esperabas el trono del mundo y divisas Santa Elena.” Zweig nos invita a reflexionar entonces, en como un hombre tan estratégico como ha sido Napoleón, lanza su última carta, su última esperanza, con un Comandante mediocre, incapaz de tomar decisiones por sí mismo, porque lo único que ha demostrado es que es un hombre leal que cumple las ordenes a cabalidad. Es claro el deseo del escritor para mostrar sutilmente lo que puede suceder a veces en la vida. Su historia, hace énfasis en un análisis que nos juega muchas veces el destino, entre ser fieles y leales a ordenes o costumbres adquiridas, o el de esperar que brote de nosotros como por arte de magia, un genio audaz que sepa enfrentar situaciones inesperadas. Con este relato, Zweig, nos evidencia la fortaleza que tiene un hombre al cumplir su compromiso a cabalidad, sin romper las reglas. Pero a su vez, demuestra que hay un doble juego, porque con las virtudes de lealtad y fidelidad, se salva el personaje y a todos los suyos bajo su mando, pero donde al mismo tiempo, lleva a la derrota y al fracaso, a su héroe, a su emperador, a quien le es leal, a quien le dió las ordenes, cambiando así por completo el destino de la humanidad, al tomar una decisión en un minuto, en un segundo. Simplemente por la virtud de ser leal, y por no tener la virtud de ser audaz. Grouchy, No ha perdido ni un solo hombre y salva para Francia al último ejercito. Pero ya no hay emperador que le dé las gracias. A pesar de que crece en su carrera militar, nada puede devolverle aquel momento que le hizo dueño del destino, no estuvo a la altura. No supo aprovechar un gran momento que rara vez se presentan en la vida de los mortales. Será recordado por siempre como un mediocre. Y termino como el escritor cierra el capítulo: Prudencia, obediencia, ahínco, discreción, se funden impotentes en el ardor de grandes momentos del destino que reclaman siempre al genio. Se enaltece solo al audaz, elevando al firmamento de los héroes. Zweig se ensaña con“Grouchy”. El, asciende al ser nombrado general en jefe, pero nada podrá hacerle recuperar aquel instante en que fue dueño del destino y no supo aprovecharlo”, escribe al final de un capítulo cuya moraleja es que en la guerra y la política la oportunidad de pasar a la historia ocurre una vez en la vida y es preciso aprovecharla. ¿Cuántos momentos de la vida encontraremos con este tipo de decisiones? “La mirada aguda de nuestro escritor Stefan Zweig”