Lectores10 nuestro club de lectura en Medellin

PARA QUÉ LOS LIBROS, PARA QUÉ DIOS MÍO!

LilianaEstrada
Lilyana Estrada
PARA QUÉ LOS LIBROS, PARA QUÉ DIOS MÍO!

PARA QUÉ LOS LIBROS, PARA QUÉ DIOS MÍO!

Aprendí de libros con mi madre.  Siempre estuvimos mis hermanas y yo rodeadas de anaqueles repletos de ellos. Había de todo, de literatura clásica, de arte, de música, de autores colombianos.
Más tarde en el colegio me inicié junto a mis pequeñas amigas en la lectura de aventuras.
Nos devoramos la colección completa de Enid Blyton, la autora inglesa de literatura infantil que escribía sobre “misterios…en todas partes”.
De ahí, creo yo, mi gusto por este género.
Cuando cumplí trece años, el regalo de mi padre (claro, pedido por mí) fue la colección entera de Agatha Christie, ahí continué alimentando esta predilección por la novela “negra”.
Pero terminando mi adolescencia, después de haber vivido por muchos años con mi padre y tener los libros como mis  principales compañeros ( Mis papás se habían separado y yo decidí quedarme con él), me encontré viviendo de nuevo con mi madre y mis tres hermanas, pues mi novio-papá había decidido casarse otra vez, muy a mi pesar, y emprender una nueva historia.
Fue entonces cuando peleé con los libros, no quería saber ni de arte, ni de lectura, ni de nada de lo que mi madre tanto amaba. Tuve muchas dificultades para entenderme con ella, era  una mujer diferente de las otras mamás que yo conocía, siempre joven, culta, sensible, rebelde, irreverente, y muy bella.  Era difícil ser hija de esta mujer fuera de serie y adelantada a su época. Pelear con ella era pelear con los libros.
En una noche de bohemia, acompañada de mi guitarra, le canté
con dolor y  rabia en el alma, esa canción popular que interpretaban los Ayer’s que dice: Para qué los libros, para qué Dios mío, si el amargo libro de la vida enseña…
Por fortuna esa fobia me duró poco. Hice las paces con mi madre, con la vida, ingresé a la Universidad de Antioquia y me enamoré de nuevo de la lectura.
De ahí en adelante comencé a leer lo que se me cruzara.
Conocí a García Márquez, a Mutis, a Vargas Llosa, a Tolstói, a Dostoyevski, Hermann Hesse, Albert Camus, Carlos Fuentes, Benedetti, Borges, en fin…
En mis tiempos libres, por fuera del país, mientas estudiaba periodismo audiovisual, leía y leía…  
Así, fui llenando mis propios anaqueles.
Hoy comparto con mis queridos amigos del “Club LECTORES 10”,  casi once   años de gusto por la lectura. Hemos leído muchos libros, diversos autores. Han sido tiempos de aprendizaje, comprensión colectiva y disfrute literario. Con ellos, los libros, hemos recorrido parajes desconocidos, convivido con personajes de diferentes culturas, hemos enfrentado autores temidos y descubierto plumas inimaginadas.
Puedo decir con toda confianza que los libros, han sido en el transcurso de mi vida, una “dulce compañía”.

Lillyana Estrada
Medellin, Febrero de 2021