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Carta de Luisber a Katherine
por
Luis Bernardo Yepes
UNA CARTA A KATHERINE DRISCOLL AMANTE DE STONER
Admirada Katherine Driscoll:
William Stoner ha muerto. Para mí como pichón de escritor la manera como se aferra a su libro antes de cerrar los ojos me pareció que decía todo lo que significa para uno conseguir crear un libro, conseguir que vea la luz y que alguien lo lea y que luego pueda permanecer ahí, juntito a nosotros, toda la vida, en una mesa de noche.
Pero cuando pienso en su existencia, este final, creo yo, refleja su apuesta en la vida que le tocó en suerte. Es una manifestación de esa entrega sin medida por la pedagogía y la academia y su displicencia a resolver sus asuntos cotidianos, a enfrentar los absurdos que lo arrinconaron en el hogar que constituyó con una criatura extraña y los disparates en esa universidad de envidias. Cuando se enteró de que a usted una gran universidad en Massachusetts le había publicado su peregrinado libro, tuvo una alegría infinita, pero cuando vio la dedicatoria, los ojos se le nublaron, quedó inmóvil y apenas movió la cabeza, luego lo leyó de un tirón y volvió a verla a usted, la vio en toda su inteligencia y hermosura y perdió el control, el amor por usted afloró de manera loca hasta casi perder el control, tuvo que recordarse que tenía 60 años para que la fuerza de esa pasión no lo fuera arrollar de nuevo.
Querida Katherine, usted que tuvo la certeza de ver en ese hombre racional el amor, ¿por qué se marchó? ¿Era tan difícil sostenerse ante el ímpetu de la envidia? ¿No hubiera sido posible alejarse de ese pequeño apartamento que salió de unas casas desvencijadas y al que William se metió cargado con arrumes de libros y la esperanza de sentir su cercanía y del que salió premiado con la dicha de la conquista de su cuerpo? ¿No podrían haberse retirado y vivir por siempre a los pies de las montañas de esa gigantesca cordillera de Ozark? ¿Quizá pensó que la nieve sería perpetúa y llegaría el momento en el que no le haría gracia que él retirara las mantas de su cuerpo desnudo para oírla divertido aullar de frío?
Katherine, debo confesar que me hizo mucha ilusión su relación con Bill, en algún momento llegué a pensar que terminarían juntos y en un final rosa, pero es cierto que la vida es más compleja y las almas son lo que son, no lo que uno quiere que sean.
Atentamente,
Tu admirador Luis Bernardo